Los osos polares están en la mente y el corazón de todos como ese animal cariñoso y hermoso que todos quisiéramos mimar, pero la realidad es que es una bestia salvaje que caza y devora para sobrevivir. Y esto lo hace en el polo norte, donde pasa la mayor parte de su vida en el hielo marino, nadando y caminando sobre estas heladas tierras.
Como todos sabemos, el Ártico pierde cada década porciones importantes de su área congelada, lo que conlleva a que estos animales de abrigos blancos busquen nuevos refugios y adapten su vida a espacios más reducidos de lo que estaban acostumbrados en el siglo pasado. Esto implica que sus vidas se verán entrelazadas cada vez más con otras especies (humanos, por ejemplo) con las que no tenían antes contacto alguno o este era esporádico.
Cabe aportar un dato valioso y es que en zonas como la bahía Hudson en Canadá, el mayor declive en la población de osos polares en la década pasada se dio por la caza por parte de humanos, no por el calentamiento global.
Ahora, ya entonados al compás de la realidad del cambio climático, pasemos a nuestro tema en particular que es el café. Puntualmente, el café en Colombia. País ubicado en el paralelo del trópico de Cáncer, donde predominan los climas tropicales y las temperaturas oscilan siempre dentro de un rango bastante agradable para plantas, flores y demás vegetación. Adicional a esto es una zona de suelos ricos y fértiles, como también vasta cantidad de lluvias anualmente, pero épocas de sequías también. Suena como un lugar demasiado complejo y perfecto para que se den todas estas condiciones, pero existe tal cual y somos afortunados de contar con eso.
Existe así mismo el trópico de Capricornio, mismas condiciones, pero al sur de la línea Ecuatorial (el trópico de Cáncer es al norte) y que abarca zonas importantes como la mayor parte de Brasil. Pueden ver la siguiente foto y entender visualmente como están compuestas estas áreas alrededor del planeta y darse cuenta de que entre las dos crean un “cinturón” que rodea la tierra.
Este llamado “Cinturón del Café” comprende las regiones en las que se cultiva actualmente este grano tan valioso. En Colombia estamos hablando de zonas entre los 800 metros de altura hasta los 2.100 metros. Este es el rango promedio en el que podemos encontrar la mayor parte de cultivos en nuestro país.
Para el caso de cafés de calidad, que también se les denomina cafés de altura y cafés especiales, estos se cultivan a partir de los 1500 metros. Esto delimita a que dichas matas se encuentren en partes exclusivas de nuestras zonas cafeteras, ubicándose en microclimas espectaculares que le aportan un sin fin de propiedades a la planta.
Debido al ya nombrado cambio climático que abruma a nuestro planeta, las temperaturas vienen incrementando poco a poco, las temporadas de sequía son cada vez más marcadas y las cosechas de café se ven sujetas más seguido a alguna crisis relacionada con el clima. Caso puntual la sequía del 2020-2021 en los cultivos de Brasil, lo que condujo a una enorme baja en la oferta de café a nivel mundial y, por tanto, un pico histórico en los precios del café verde.
Lo que algunos alarmistas o activistas ambientales podrían comentar al respecto sería que al transcurso de las siguientes tres décadas, el área cultivable en café se encogería a la mitad. Y si quisiéramos mantener la misma producción, esto significaría que las zonas cafeteras en Colombia tendrían que mudarse a pisos térmicos que actualmente se consideran fríos. Ejemplo, Bogotá sería una de las nuevas zonas cafeteras.
Ahora, esperamos esto sea solo un escenario ficticio. Que el manejo que se le está dando a la crisis ambiental mundial, así como los avances tecnológicos en todas las áreas y el gasto en investigación y desarrollo en todos los sectores, sea suficiente. Solamente así esperaríamos poder dejar los cultivos tal cual como están y seguir disfrutando de estas hermosas zonas cafeteras.
